La Compasión

La compasión

La compasión es un sentimiento muy profundo y va surgiendo en mayor grado en la medida que se superan  las tendencias nocivas y se va logrando ese entendimiento correcto que nos permite ver que nada hay tan importante como el amor y la compasión. 

La compasión humaniza verdaderamente a la persona, y la hace solidaria. El que es compasivo esta mas libre de aborrecimiento y se sitúa por encima del conflicto, la fricción, los equívocos y malentendidos; se comprende mucho mejor a los otros y se hace uno mas tolerante. La compasión nos orienta hacia los otros favorablemente, nos hace ser mas permisivos y comprensivos con ellos, nos anima a darles nuestro tiempo y nuestra consoladora compañía cuando la necesitan. Por compasión confortamos al enfermo y al solitario, escuchamos y animamos al desamparado, nos ocupamos del desvalido. La compasión nos hace menos egocéntricos y menos egoístas, origina paz y equilibrio en la mente, coopera en nuestra evolución espiritual. Al ser mas compasivos aceptamos mas a los demás como son, pero la compasión no es sensiblería ni falta de firmeza, mas bien lo contrario.

Por mucho que brille una persona, si su corazón no es compasivo su vida es un fracaso. La compasión le da un precioso significado a la existencia. Sin compasión la persona se torna fría e incluso insensitiva. Hay una historia muy particular al respecto.

Era un científico muy afamado, pero también de fríos sentimientos. Un día al llegar a su casa; vio a su mujer llorar desconsoladamente y le dijo:

¡A que viene este llanto mujer! ¿No sabes que las lagrimas solo son un poco de mucosa, agua, sal y fósforo?

Y la mujer le miro decepcionada, y dijo:

¡Ah, solo eso es un lagrima! Tu eres un hombre de mente brillante, pero no tienes corazón.

Cuando la compasión se instala como una actitud expansiva en la persona, se experimenta este enriquecedor sentimiento hacia todos los seres y en todo anhela uno verles libre de peligro y sufrimiento.

La compasión consiste también en alentar, confrontar, consolar ayudar a los demás y trata de evitarles penas de todo orden. Hay una historia muy conmovedora.



En medio de una gran extensión de terreno se levantaba una descomunal muralla. Cuatro personas de un grupo se adelantaron y decidieron descubrir lo que había detrás de la misma. Una de ella se puso a escalarla, llego a la parte mas alta de la muralla y, sin siquiera volver la cabeza para mirar  a sus compañeros, salto al otro lado. Del mismo modo procedió la segunda persona y con la misma actitud la tercera.

Le toco el turno a la cuarta persona, que con muchas dificultades escalo la muralla y alcanzo por fin la parte alta de la misma. Miró lo que había mas allá. ¡Oh maravilla de maravillas! Tras la muralla aparecía el mas bello, atractivo y reconfortante jardín que uno jamas pudiera imaginar. Su primer impulso ante tanta hermosura fue lanzarse sin demora hacia ese vergel incomparable, pero pensó en los demás. 

Se merecían saber lo que había detrás de la muralla y también a aprender a escalarla para acceder al jardín de ensueño. La cuarta persona se quedo fuera del maravilloso recinto para describírselo a los otros compañeros, aleccionarlos adecuadamente y ayudarles a que pudieran escalar la muralla y pasar al otro lado.

Somos Uno.

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